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Revisión Bibliográfica: Betabloqueadores Perioperatorios para la Modulación del Dolor Agudo.
El dolor es uno de los principales síntomas frecuentemente encontrados en pacientes posquirúrgicos, se ha reportado que 3 de cada 4 pacientes en la unidad de cuidados pos-operatorios tienen control inadecuado del dolor, a menudo debido a infra manejo por temor a los efectos adversos relacionados con el uso de opioides. Sin embargo, es bien sabido que la falta de control del dolor agudo puede conllevar a dolor crónico persistente, y quienes conocen de ello tratan de controlar el dolor con fármacos potentes como los opioides a pesar de los efectos adversos.
En búsqueda de ofrecer alivio del dolor con una menor incidencia de efectos indeseables, esto ha motivado la investigación de múltiples sustancias utilizadas como coadyuvantes en el control del dolor. Una de ellas es el uso de betabloqueadores, se ha demostrado que su administración en el perioperatorio disminuye el uso de opioides, con la consiguiente reducción de los efectos adversos obteniendo como resultado una mayor satisfacción del paciente, menor costo en la atención y un alta más precoz de la unidad de recuperación posoperatoria.
Los betabloqueadores han sido utilizados para disminuir la inestabilidad hemodinámica y cardioprotección en la inducción anestésica desde su introducción en 1960, también se ha podido observar que disminuyen los requerimientos anestésicos en el transoperatorio. Los más estudiados con estos fines han sido el esmolol, propanolol y en menor cuantía el metoprolol. Los efectos cardioprotectores son debidos a que los betabloqueadores suprimen los niveles de catecolaminas circulantes secundarias al trauma quirúrgico, con la consiguiente reducción del estrés quirúrgico.
Wilson et al, estudiaron el efecto del esmolol sobre la dosis necesaria de propofol para lograr la inducción anestésica en 60 pacientes sometidos a anestesia general, quienes fueron premedicados 3 minutos antes de la inducción con midazolam o con esmolol; se observó que en el grupo premedicado con esmolol se redujo la dosis de inducción de propofol en un 25%. Además, se ha podido comprobar que el pre-tratamiento con bajas dosis de esmolol EV puede ser eficaz en la atenuación del dolor secundario a la inyección de propofol en un 33%, inclusive en mayor proporción que la administración de lidocaína lo cual redujo esa sensación dolorosa en el 50% de los pacientes.
Sus efectos no sólo se delimitan a beneficios sobre anestésicos endovenosos, sino también su efecto sobre agentes inhalatorios. Johansen et al, analizaron la influencia del esmolol sobre la concentración alveolar mínima de Isoflurano, donde se observó una disminución del 50% del CAM en aquellos pacientes que recibieron esmolol y alfentanilo sobre el grupo control que sólo recibió alfentanilo.
El efecto analgésico de los betabloqueadores ha sido comparado con opioides como el remifentanilo en cirugías laparoscópicas ginecológicas por Coloma et al, quienes afirman que la infusión intraoperatoria de esmolol fue tan eficaz en la disminución del dolor como la infusión de remifentanilo. Sin embargo, otros estudios realizados en diferentes procedimientos como Colecistectomía Laparoscópica por Ozturk y Collard, Septorrinoplastia por Celebi, no han encontrado disminución significativa en el uso de opioides posoperatorios al relacionarlos con la administración de un betabloqueador.
Las propiedades antinociceptivas de los betabloqueadores no están claras, las vías del dolor son complejas y no se sabe si los efectos ahorradores de anestésicos se deben a acción central o periférica, de ahí que existan varias teorías:
Aunque la mayoría de las revisiones apoyan los efectos antinociceptivos de los betabloqueadores, sigue siendo un enigma el mecanismo por el cual estos fármacos producen alivio del dolor, es importante especificar que dentro del grupo de los betabloqueadores no se ha estudiado cuál tiene mejor efecto analgésico, por lo que sería interesante la realización de estudios comparativos.
Cabe destacar que para un grupo de profesionales, una de las principales preocupaciones de administrar betabloqueadores en el perioperatorio, es que pueda enmascararse una anestesia superficial, dado la gravedad del asunto este tema debe ser investigado a mayor profundidad.
Bibliografía
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Resumen a cargo de de por Jenny Yajaira Capellán Mejía (Anestesiología, República Dominicana).
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